CAPÍTULO 24:  TU AUSENCIA EN LAS FIESTAS Y CELEBRACIONES

Este año 2018, es mi tercer día de la madre, mi tercera navidad, mi tercer año nuevo, mi tercer cumpleaños, mi tercer año sin tu presencia física hija querida.  

Este año no ha sido la excepción para extrañarte, recordando cada minuto, cada segundo, para las fiestas de fin de año. 

Te encantaba la navidad, para compartir con toda la familia y amigos. Disfrutabas decorar la casa con muchos adornos navideños, para ti nunca eran suficientes, querías más y más adornos, me decías mamá hay que poner más adornos aquí en la sala, en las ventanas, en las puertas. En todos los rincones de la casa, teníamos adornos de navidad. 

Cada 2 años cambiamos el color de la navidad en nuestra casa y también los adornos, eso era un hecho. Monica todos los años tomaba su tiempo especial para salir de compras y elegir los regalos de navidad de su familia y amigos. 

Un mes antes de la navidad, ella cuidadosamente buscaba los regalos para cada persona a quien le iba a regalar. El regalo era muy especial para cada persona, ella no escatimaba en el precio del regalo. Lo que a ella más le encantaba y valoraba era cuando entregaba el regalo, verle la cara a la persona cuando lo abría. Las caras eran de asombro porque siempre daba en el clavo con los regalos de las personas. A todos nos encantaban sus regalos.

Sabemos y comprendemos que esta época de fin de año, es una época difícil de enfrentar cuando recientemente hemos perdido a un ser querido. Muchas veces quisiéramos que estas fiestas se desaparecieran de nuestras vidas, que nadie las celebrara. Para algunos de nosotros, durante el duelo, estas fiestas no tienen ningún sentido sin la presencia física de nuestro ser querido.

Cuando llega la celebración de las fiestas como el día de la madre, la navidad, el año nuevo, la familia y amigos no saben si felicitarnos o no. Todos se preguntan, ¿cómo está la mamá de Monica?, ¿cómo se sentirá?, ¿qué le puedo decir?, ¿qué puedo hacer para que se sienta mejor?, ¿le llevo un regalo?, ¿la felicito?, mejor no la llamo no quiero hacerla sentir peor, o mejor la llamo porque no quiero que piense que no estoy pendiente de ella, etc.

¿Qué podemos hacer con esta situación?

En mi experiencia, con respecto a todas estas preguntas que nos hacemos, si llamamos o no a la persona, si felicitamos o no a la persona, ¿cómo manejamos estos casos cuando las personas están pasando por el dolor de la pérdida de un ser querido?

Hacer una llamada, una visita, prestarle atención, mostrar cariño hacia la persona, es muy importante. Debemos ser virtuosos y hacerle sentir que estamos allí para apoyar y colaborar. Es de gran ayuda para la persona que está enfrentando ese día o ese momento tan difícil.

Por otro lado, debemos ser fuertes y solidarios con las personas en su período de duelo. Debemos comprenderlos, a veces no es necesario decir ni una sola palabra, con un abrazo, con apretar las manos, con una mirada, podemos apoyar a la persona y darle fortaleza. 

Recordemos que todos somos instrumentos de Dios y expresamos a Dios desde el amor y la persona lo va a sentir y lo va a agradecer.

Nosotros en nuestra familia, decidimos quedarnos en casa para pasar nuestras primeras fiestas de fin de año, el primer día de la madre. Ese día me sentí triste al igual que Beto mi querido esposo y mi hija Lianna, entre los 3 nos abrazamos sin mediar palabras, pero entre los 3 nos dimos las fuerzas y compartimos el mismo dolor. 

Recuerdo que ese día amanecí triste y las lágrimas corrían por mis mejillas, pero a medida que fue pasando el día, me fui sintiendo más tranquila. Más tarde Llegaron unos amigos y familiares a acompañarnos y la pasamos bien. Gracias a Dios ese día fue superado.

Para la Navidad, lo que hicimos en casa fue poner algunos adornos en la sala, como para marcar en nuestro hogar la época navideña. En la noche buena, no nos quedamos en nuestra casa en la ciudad, nos fuimos para nuestra casa en el interior. Beto y yo, porque mi hija Lianna, había programado irse de viajes para Navidad. Pasamos una navidad un poco triste, pero tranquilos compartiendo con la familia del señor que nos cuida la casa.

Cada persona o familia tiene su libre albedrío para decidir cómo enfrentar y vivir cada celebración o fiesta ante una situación de duelo.

Unos se van de viaje, los que tienen los medios económicos para hacerlo. Otros se encierran en sus casas, en sus cuartos, pasan su dolor, su tristeza sin recibir visitas, sin hablar con nadie. Lo hacen para no tener que enfrentar estas fiestas y vivir la experiencia tan fuerte porque piensan que no están preparados. Pero al siguiente año deben enfrentar nuevamente las mismas fiestas de fin de año. En algún momento llegará el día en que debemos enfrentarnos, sabemos que la primera vez es la más difícil. La segunda y tercera vez, es menos doloroso, nos podemos sentir tristes pero al final en lo profundo la pasamos un poco mejor.

Basados en nuestra experiencia, recomendamos vivir un día a la vez. Cuando se trata de celebraciones como las de fin de año o cumpleaños, enfrentemos cada día de la manera más sencilla posible, sin tantos planes, dejemos que todo fluya y todo saldrá bien. Es casi imposible evitar el dolor o la tristeza, mientras más rápido lo enfrentamos el resultado es mejor.

Para el día de la madre recibí un hermoso mensaje de Monica. Me lo mandó a través de mi amiga Miriam: “Madre de mi corazón te amo hoy, mañana y por siempre. Felicidades en este día y muchas bendiciones”. Que bella mi hija, como les he compartido en capítulos anteriores, ella está en otra dimensión, no la podemos ver, pero si la podemos sentir, le podemos hablar y expresar nuestro amor y cariño. Sabemos que ella está con nosotros acompañándonos y está pendiente de todos los acontecimientos de la familia.

Este año mi amiga querida Lilisbeth la mamá de Isaías, pasó su primer día de la madre sin la presencia física de su querido hijo. Desde que su hijo Isaías, el ciclista que fue atropellado en julio de este año, falleció, hemos desarrollado una linda amistad.  

A principios del mes de diciembre, conversé con ella y surgió el tema de cómo pasar las festividades de fin de año. La primera celebración es el día de la madre, le pregunté si había pensado hacer algo para ese día tan especial. Al principio ella me comenta que no quería hacer nada porque sabía que se sentiría muy triste.

Le compartí mi experiencia de mi primer año, además la motivé a que viviera la experiencia de compartir ese día con la familia y que estaba segura que Isaías se sentiría muy feliz de verla compartiendo con la familia en un almuerzo o una cena.

Ella me comentó que lo pensaría y que lo conversaría con su esposo para juntos decidir cómo enfrentar el día de la madre.

Una semana después llega el día de la madre. En la tarde de ese día, llamé a Lilisbeth para saber cómo estaba pasando el día. Para mi sorpresa, me comenta que la estaba pasando muy bien. Su familia decidió pasar el día en la playa y la pasaron muy tranquilos compartiendo entre todos. También me comentó que todas las personas están asombradas con ella porque se notaba que se sentía bien. Al principio las lágrimas aparecieron y corrieron por sus mejillas recordando a su querido Isaías, pero después ya se fue sintiendo mejor, porque sabe que Isaías está bien y que siempre la acompaña.

Para la navidad y año nuevo también piensa pasar con la familia de la misma forma, ya que esta es una época para compartir el amor con la familia y con los amigos que siempre están dándole apoyo.

Muchas gracias Lilisbeth por compartir tu experiencia con nosotros. El otro año, sabemos que será diferente, más tranquilo, porque ya viviste la experiencia de este año.

Que Dios te siga bendiciendo cada día y te siga llenando de fortaleza para seguir adelante con este hermoso proyecto de vida que tenemos y para cumplir con nuestro propósito de vida de amar, perdonar y sanar.

Este año fue el primer año para mi amiga Sara, la mamá de Sara Camila. El día 11 de diciembre, Sara Camila estaría cumpliendo 16 añitos y pensar en que hace apenas un año, Sara le estaba celebrando sus 15 años y ya hoy no está físicamente con nosotros.

Sara me cuenta que ha sido un mes muy difícil para enfrentar todos lo acontecimientos, pero lo ha logrado. Es una persona muy fuerte, la admiro por su valentía y fortaleza. 

Sara tuvo a 2 hermosas niñas: Sara Camila la mayor y Paola, la menor. En una conversación que mantuvimos, ella me contaba que se sentía muy triste. Además me comento se sentía bien por su niña Paola porque había ocupado el primer puesto de honor en el salón. Este es un gran logro para Paola, quien a pesar de vivir la dolorosa experiencia de perder a su hermana, mantuvo excelentes notas en el colegio.

La motivé para que recordara que también tiene a su hija Paola que quiere que su mamá esté bien, tranquila y que celebre con ella este hermoso logro académico. Que pensara en que Sara Camila tampoco la quiere ver triste.

Después de estas palabras de ánimo para Sara, me dice “Elsie, tienes razón, me debo enfocar en lo bueno, en lo positivo”. “Tengo un ángel en el cielo que me acompaña, me cuida y me ama y tengo un tesoro en la tierra a quien amar, guiar y cuidar”.

Gracias querida Sara por compartir esta experiencia con nosotros. Que hermoso mensaje para leer cada vez que te sientas triste.

Gracias a todos por seguir mi blog, que pasen felices fiestas de fin de año.

Dios los bendiga y nos vemos en el próximo capítulo con nuevas experiencias para compartir.

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