CAPITULO 20: LA VOZ INTERIOR
Algunas veces nos preguntamos, o hemos leído o escuchado sobre lo que es la voz interior, la intuición, la conciencia o el yo interior. ¿Será que todos estos términos se refieren a lo mismo?, ¿cómo sabemos cuándo esa voz interior nos habla?, ¿cómo la escuchamos?, ¿será una voz fuerte?, ¿una voz de hombre o de mujer?.
Hace más de un mes conversaba con mi querida amiga Sara y me comenta que siempre me ha admirado por la forma en que yo superé la muerte del cuerpo físico de mi hija. Ella me comentaba que su esposo había perdido a su madre hacía unos meses y no lo había podido superar. En ese momento, me mira a los ojos fijamente y me dice que le gustaría saber lo que hice para superar la pérdida física e inesperada de mi hija, para ayudarle a su esposo. Además, me dice: “Elsie, yo no podría soportar perder a una de mis hijas”.
En ese momento tomé un lápiz y papel y le comencé a explicar a mi querida Sara con lujo de detalles todo lo que Dios me ha revelado sobre el tema. Somos energía manifestada en una unidad tridimensional: Alma, Cuerpo y Campo de energía. Nuestro cuerpo es como si fuera un vestido, un vehículo que mueve el Alma y nuestro Campo de energía. Cuando se daña este vehículo o se nos queda este vestido, ya no lo seguimos utilizando.
En el caso de la muerte, nuestro cuerpo físico es lo que muere. Nuestra Alma y el campo de energía que es donde están nuestra personalidad, emociones, vivencias, conocimientos, experiencias, pensamientos y sentimientos, siguen VIVOS.
El alma y el campo de energía sin el cuerpo quedan libres, pasan a otra dimensión a otro estado, a otro mundo paralelo al nuestro, en esta dimensión no existe ni la distancia ni el tiempo para nuestros seres queridos que han fallecido.
Con el pensamiento se pueden mover, trasladar para donde quieran o crear lo que requieran. En capítulos anteriores les he compartido algunas experiencias y vivencias que hemos tenido con Monica y con otros seres queridos que físicamente ya no están con nosotros en la vida terrenal.
Sara estaba muy atenta, motivada e interesada en aprender todo lo relacionado al tema, con el objetivo de poder compartirle toda la información a su esposo y con esto ayudarlo a superar su dolor por la pérdida física de su madre.
Recuerdo que hace casi 3 años, Sara y sus 2 hermosas hijas, Sara Camila y Paola, estuvieron con Beto y conmigo en Chicago, el día 20 de septiembre cuando recibimos la noticia del siniestro vial donde un auto conducido a toda velocidad por un conductor irresponsable impactó a mi hija quitándole la vida y eliminándole en ese momento todos los sueños, proyectos y el futuro maravilloso que tenía mi hija. Ellas nos acompañaron en nuestro dolor.
El día 24 de julio en horas de la tarde, recibo una llamada de mi amiga Sara para informarme que su hija Sara Camila estaba muy grave y recluida en la sala de Cuidados Intensivos en el hospital, que por favor orara por su hija. Yo muy consternada le respondí que con gusto oraba por su niña, pero que estuviera tranquila que su hija se iba a recuperar muy pronto, que tuviera fe que todo iba a salir bien.
Recuerdo que le recomendé que le hablara mentalmente a su niña y que le dijera cuanto la amaba y que visualizara todo el organismo de su niña en perfecto estado de salud y que repitiera que todos sus órganos están funcionando muy bien.
Dios nos dice que nuestro organismo está formado por células y que estas células viven, escuchan y sienten. Les podemos hablar con amor y agradecer por el perfecto funcionamiento de nuestros órganos y por mantener nuestro cuerpo sano y fuerte.
A pesar de todo lo que hicieron los médicos, nuestras oraciones con la fe y la esperanza de que Sara Camila recuperara su salud, cada minuto que pasaba su estado de salud iba desmejorando y lo más crítico fue que los médicos en el hospital no sabían que tenía nuestra hermosa Sara Camila. Ese otro día, al amanecer del 25 de julio, Sara Camila Carrasco Tejada, ya no estaba con nosotros en la vida terrenal.
Les extiendo a mi amiga Sara, a su esposo, a Paola, a toda su familia y amigos mi más sentida condolencia ante esta tragedia. Desde el primer día, le ofrecí mi apoyo espiritual e incondicional a mi querida amiga y a su familia, en estos momentos tan difíciles por los que están pasando.
Hace una semana estaba conversando con unas amigas, sobre el testimonio de Sara, donde un mes antes, me pide que le comparta mi experiencia y vivencias en cómo superé mi dolor por la pérdida física de mi hija. Recuerdo que lo mismo me paso a mí, un mes antes del siniestro de mi hija, también me comencé a preparar leyendo los audiolibros. En este caso les recomiendo referirse al primer capítulo de este blog “Dios me preparó para aceptar su voluntad”.
En virtud de lo anterior, me pregunto: ¿Por qué algunas personas como Sara y yo nos preparamos para enfrentar circunstancias dolorosas en la vida y otras no? Algunas personas cuando enfrentan situaciones dolorosas, caen en depresión, otras nunca superan el dolor, otras personas aprenden a vivir con ese dolor por el resto de sus vidas, otras no pueden seguir viviendo y deciden hacer lo peor, quitarse la vida.
¿Por qué? Un mes antes, Sara y yo fuimos preparadas para enfrentar la adversidad o para sufrir el dolor más grande del mundo “perder a un ser querido”, ¡a nuestras hijas!
Ante esta pregunta, hemos reflexionado un poco y podemos concluir que, en efecto, Sara y yo, de una manera u otra, logramos escuchar esa voz interior, esa intuición que nos fue orientando y guiando para que buscáramos la ayuda necesaria y el conocimiento que requeríamos para enfrentar las circunstancias que se presentarían en nuestras vidas.
Gracias a esta maravillosa voz podemos aceptar y enfrentar la adversidad y ayudar a otras personas a hacer lo mismo.
Algunas personas no escuchan esa voz porque sus pensamientos están llenos de ruidos, bloqueados, estresados, enojados o con tristezas. Cuando se les presentan circunstancias muy dolorosas no están preparados y se encierran en una burbuja.
Si escuchamos esa voz interior, es como si Dios nos guiara y nos llevara de la mano para tomar las mejores decisiones, nos ayuda a resolver de la mejor manera todos los problemas o situaciones que se nos presentan.
Alguna vez imaginé o pensé que la voz interior tenía un tono de voz masculino, alto y fuerte. Sin embargo, no es propiamente una voz, es un pensamiento que nos llega a la mente y que reconocemos que no es nuestro.
A veces nos llega a la mente como por arte de magia la respuesta a una pregunta que nos hemos hecho. Algunas otras veces no sabemos cómo hacer algo y de la nada nos llegan ideas magníficas a nuestra mente de cómo resolver situaciones en nuestro día a día. Por otro lado, hemos logrado resultados increíbles en ciertas circunstancias que no tienen explicación.
Les ha pasado alguna vez que se les pierde algo y no lo encuentran. Después de un rato, les llega el pensamiento, la información del lugar donde está el objeto que se les ha perdido, lo buscan y allí está, objeto encontrado, ¡Qué maravilla!
Les recomiendo que hagan un ejercicio de respiración sencillo. Dice Dios que una de las cosas más importantes para mantener una buena salud es la respiración. ¿Sabes que nosotros también eliminamos toxinas a través de la respiración? Es muy importante no cortar la respiración bajo ninguna circunstancia, porque dejamos de oxigenar nuestro organismo correctamente y de eliminar las toxinas. Además de la respiración también podemos eliminar toxinas a través del sudor, de la orina o de las heces.
Para hacer el ejercicio, primero cerramos los ojos y nos concentramos. Nos enfocamos en nuestra respiración de 5 a 10 minutos. Inhalamos y exhalamos. Durante este ejercicio pueden escuchar su voz interior. Van a venir muchos pensamientos a la mente, dejémoslos pasar y sigamos concentrándonos en la respiración. Este ejercicio nos relaja y nos tranquiliza. “¿Sabes que nosotros podemos tener hasta sesenta mil pensamientos en un día?”
A medida que vamos practicando este ejercicio, vamos aprendiendo a escuchar la voz interior, o la voz de la consciencia o a Dios. Dios dice que siempre nos habla, pero nosotros no le prestamos atención.
Si alguien ha tenido una experiencia o vivencia maravillosa con Dios, con su ser querido que ha fallecido y le gustaría compartirla en el blog, para ayudar a otras personas a sanar el dolor. Me la puede hacer llegar a mi correo electrónico.
Gracias a todos por leer el blog, les reitero mi apoyo con amor para aquellas personas que han perdido a seres queridos. Me pueden contactar a mi correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Que pasen un feliz mes de agosto, nos vemos en el siguiente capítulo, el 20 de septiembre, con más experiencias y vivencias para compartir.
Que Dios los bendiga.
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El Blog de Elsie