CAPITULO 11: DIOSIDENCIAS PARTE 3

“Señora Elsie, en su rostro se refleja una hermosa paz y una gran tranquilidad”. Esta es una frase que me comparten frecuentemente las personas que se acercan a mí. Les respondo con una sonrisa desde mi alma, que gracias a Dios puedo tener paz en mi corazón y de la misma manera toda la humanidad también puede sentir lo mismo, a pesar de todas las adversidades que vivamos.

Una de las preguntas más frecuentes que me hacen los lectores de mi blog es:

“¿Señora Elsie, por qué usted escribe y comparte esta experiencia tan dolorosa a través de este blog?” y “¿cómo puede ser tan descriptiva con todos los detalles de su experiencia en sus relatos?” “¿Estos relatos le ayudan a superar su dolor?”.

Cuando las personas pierden a un ser querido, o pasan por momentos de mucho sufrimiento o de tristeza, lo menos que quieren hacer es hablar del tema, algunos desean hasta borrar esa mala experiencia de su vida.

La respuesta a estas preguntas es muy sencilla. Mi objetivo con este blog es compartir mi experiencia de cómo poco a poco, día a día, me fui levantando del abismo donde caí cuando falleció mi hija. Es un relato basado en mi experiencia vivida, donde comparto todo lo que pasé, todo lo que hice y todo lo que me ayudó a levantarme nuevamente. Por otro lado, también hay muchas personas que se identifican con mis vivencias.

Con este blog y en persona con todo mi amor, puedo ayudar, apoyar, guiar y orientar a personas que estén pasando por algo similar con tan solo compartir mi experiencia.

Hace unos meses tomé unos días de vacaciones. Hicimos en mi casa sancocho de gallina de patio y una pesada de nance. Ese día en la mañana, sentí ganas de llamar a mi amiga Débora, que había perdido a su única hija, unos meses atrás. Tomé mi celular, la llamé y la invité a almorzar ese mismo día a mi casa.  Me comentó que ella tiene solo una hora de almuerzo pero le encantaría almorzar conmigo. Le respondí que no se preocupara que yo la buscaría a las 12:00 p.m. en punto, la traería a mi casa y después del almuerzo a la 1:00 p.m. la llevaría devuelta a su trabajo que es bastante cerca de mi casa.

A las 11:50 a.m., organicé la mesa y dejé el almuerzo servido y listo. Llegué a recogerla a las 12:00 en punto, ella estaba lista, subió al auto y nos saludamos con un abrazo.  Le pregunté cómo estaba y me contestó que no muy bien y comenzó a llorar. Le dije que por favor hiciéramos un esfuerzo para no llorar en nuestro encuentro en el almuerzo que con mucho cariño quería compartir con ella.  Luego, me comenta que está bien, tienes razón, no vamos a estar tristes.

Al rato, llegamos a mi casa, entro a la casa, nos sentamos en la mesa, le dimos gracias a Dios por los alimentos y comenzamos a comer. Al rato, mi amiga Débora, vuelve a llorar.  Le dije, amiga, ¿ahora qué te pasa?, ¿por qué lloras? Ella me contesta, “Elsie, tú no conoces mis gustos en la comida.  Tú no sabes que el sancocho de gallina de patio es, ¡mi plato favorito!”  Le dije, “¿en serio?, yo no sabía, espero que también te guste el postre que tengo para ti, pesada de nance”.  Ella en su asombro, me respondió, “waoooo, ese es mi postre favorito. Cuando estaba pequeña, me encantaba ir al interior para recoger nances para que mi mamá me hiciera chicha o pesada de nance.” Mi amiga Débora me dice: “Elsie, estoy llorando porque ahora estoy segura que DIOS no me ha abandonado”. Cuando escuché esa frase, se me aguaron los ojos y le contesté, ¡Amiga hermosa, Dios nunca te ha abandonado, al contrario, hoy te ha consentido a través de mí, con este delicioso almuerzo! Después de este comentario, ambas nos echamos a reír  y le dimos gracias a Dios por su gran amor. 

Esta experiencia fue hermosa para ella porque se dio cuenta que Dios la ama y para mí, porque fui un instrumento de Dios con mi amiga.

Hace más o menos un año, mi esposo y yo fuimos a pasar unos días a Las Vegas.  Era la primera vez  y en tiempo de verano.  No se los recomiendo, el clima es muy caliente, es un fogaje fuerte que sube desde la tierra. 

Un día fuimos a conocer las afueras de Las Vegas y a visitar algunos centros comerciales. A la hora de almuerzo, Beto y yo acordamos almorzar en el food court del centro comercial. 

A mi esposo le gusta la comida china. Nos acercamos al restaurante y pedimos la comida para comer ahí. Primero sirvieron la comida de Beto y luego la mía. Lo curioso fue que le sirvieron la comida de Beto en plato de comer en el sitio y mi comida me la sirvieron en envase para llevar. Cuando fuimos a pagar la comida, Beto me pregunta, ¿tú la pediste para llevar? Le respondí que no, pero no importaba porque igual me la podía comer en el plato que me dieron.

Caminamos hacia una mesa disponible, nos sentamos y comenzamos a comer. De la nada, se me quitaron las ganas de comer, tapé la comida y metí el envase en una bolsa. Le comenté a Beto en ese momento, ¡le voy a regalar esta comida a un indigente porque no tengo hambre!

Beto terminó de comer y salimos a recorrer el Mall.  Al salir, puse el plato de comida a un lado en el puesto de atrás del carro y nos fuimos.

En el camino, yo estaba alerta en busca de indigentes para regalarle mi comida. 

El primero que vimos estaba debajo de un puente, le dije a Beto que detuviera el auto para bajarle la comida. Beto me dijo que no podía parar porque la luz del semáforo se había puesto verde y tenía que avanzar y además, era muy peligroso para mí, llegar a bajar el puente y me puse triste porque perdí la oportunidad de entregar mi comida.

Más adelante, vi a un señor sin camisa, jugando con unos perros, como a 100 metros de donde estábamos en el auto. Le dije a Beto, por favor detén el auto, para llevarle la comida a este indigente. Beto me dice, ¡Elsie, este lugar no es muy seguro, debes caminar muy lejos para llegar a este señor, busquemos a otro indigente que esté más accesible y en un lugar más seguro!.  Me puse triste porque perdí la segunda oportunidad para entregar la comida.

Seguimos nuestra aventura por las calles de Las Vegas y luego, Beto me comenta, “Elsie vamos a llenar el tanque del auto de gasolina porque lo debemos devolver con tanque lleno y es ahora el momento de hacerlo. Pasemos a la próxima gasolinera que veamos.”

Así fue, entramos en la siguiente gasolinera, se estacionó y fui a pagar la gasolina. Después de pagar, cuando voy de regreso al auto, observo que Beto está conversando con un señor.  En lo que me voy acercando, alcanzo a escuchar que el señor le está pidiendo dinero a Beto para comprar comida. Beto me mira y me dice, “Elsie, dale la comida al señor, que dice que tiene hambre y me está pidiendo dinero para comer” En ese momento, sentí una gran emoción, al fin encontré a una persona para regalarle mi comida.  Para mi sorpresa, cuando le entrego la bolsa con la comida al señor, este me dice: “Gracias señora, que Dios la bendiga”.  Wao, cuando escuche estas hermosas palabras, supe que fui un instrumento de Dios para este señor.  La comida era para este señor.

Un día recibo la llamada de una amiga.  Me dice, “¡tengo un mensaje de tu hija Monica para ti!”. “Sabes que soñé con ella anoche”. 

Estaba fuera de mi casa, disfrutando de la vista de mi bello jardín. El jardín tenía una forma perfecta en espiral, estaba lleno de flores hermosas de todos los colores, el borde se resaltaba, estaba recién pintado de blanco.

Al rato, llega a mi casa un auto, parece un mini cooper, no logro ver bien el color, pero parece que fuera recién sacado de la agencia, se ve muy brillante. ¡No conozco a nadie que tenga ese carro! Cuando veo a una mujer alta, bella con un vestido divino, que se baja del auto, era Monica. Se bajó con una sonrisa y un rostro radiante, me llamó, ¡tía, tía, cómo estás, que gusto verte, ¡que jardín tan hermoso tienes!. La invité a entrar en mi casa y me dijo que mejor se quedaba afuera para disfrutar de su bello jardín. Monica se sentó en la grama y le pidió a la tía que se sentara a su lado.

Le pregunte a Monica “¿cómo estás?” y me dijo que, “muy bien”. Luego, me dice, Tía, tengo que contarte algo, pero te aseguro que no tengo la culpa. ¡Lianna, mi hermana, está molesta, porque mi mamá se la pasa poniendo fotos mías en su perfil del celular!

Tan pronto cerré la llamada con mi amiga, llamé a Lianna, mi hija, para preguntarle si estaba molesta porque yo ponía fotos de Monica en mi perfil del celular y me dijo que, ¡por supuesto que no! Sin embargo, al rato, me devuelve la llamada muy asombrada, para comentarme que el día anterior ella estaba mirando mi foto de perfil.

Este sueño tiene varios mensajes:

1.      El jardín en espiral, con flores de todos los colores. 

·         Este es el rosal que le mando a mi hija para que su día sea hermoso y divertido, lleno de paz y amor.

2.      La foto de Monica en el perfil del celular. 

·         Este es un mensaje que indica que no debo enfocarme en ella solamente, debo recordar que tengo otra hija con quien compartir mi amor, mi cariño y mi atención.

El alma de mi hija vive y está pendiente de todos los eventos y acontecimientos que pasan en nuestras vidas familiares. De una manera u otra, ella se manifiesta y nos hace llegar sus mensajes.

Gracias a todos por leer mis experiencias vividas a través de este blog.

Les reitero mi apoyo con amor, a las personas que estén pasando por momentos de dolor por la pérdida de un ser querido.

Nos vemos en el próximo capítulo con más experiencias para compartir, ¡Que Dios los bendiga infinitamente!

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